Vas a cambiar el mundo en 10 minutos

Philia
4 min readAug 4, 2023

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¿Qué es lo que más valoras a la hora de jugar un videojuego? Que sea entretenido, que tenga una premisa o dirección artística que te llame la atención, que te deje cumplir la fantasía de tener un brazo robótico que puedes disparar como si fuera un cohete… No puedo saberlo, pero lo que sí sé es que las compañías cada vez más valoran el tiempo que le puedas dedicar a su videojuego. Ya sea mediante misiones secundarias, un modo multijugador o anuncios de DLC’s y contenido extra, ningún desarrollador quiere que cuando termines un videojuego pienses “Quizá he malgastado el dinero en una experiencia que no me ha durado mucho”.

Aunque esta mentalidad se haya mantenido desde los días de la NES, sí que es verdad que junto a las consolas casi siempre ha habido otra forma de consumir videojuegos: Máquinas Arcade.

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No me quiero enrollar mucho pero basta con dejar claro que los arcades tienen un formato de juego distinto, de partidas que duran unos minutos pagando unos céntimos. Es por eso los desarrolladores tenían que esforzarse en hacer juegos que llamen la atención a personas que nunca los hayan jugado y lo suficientemente rejugables como para que la gente quiera volver y la máquina siga proporcionando dinero.

Crazy Taxi es uno de esos videojuegos. Uno que a pesar de estar tremendamente bien diseñado, destaca por ciertos detallitos que le dan mucha personalidad. El estilo artístico es caricaturesco y hace que recordar las calles de la ciudad sea fácil. Me gusta que los pasajeros se quejen si aparcas muy lejos de donde están o que hagan pequeños comentarios mientras conduces. Que el aspecto de cada taxi diga un poco de la personalidad de su conductor. Que vayas a sitios reales como el KFC o Pizza Hut dándole un mínimo toque de realismo a la ciudad.

Evidentemente también está la música formada por canciones de The Offspring y Bad Religion. Son canciones rápidas que te hacen sentir imparable y son icónicas para cualquiera que haya jugado un par de sesiones. Lo mismo se aplica al narrador que se parece más al de Bobobo que el de un juego de conducir taxis y no es tan pesado como el de Burnout 3.

Son detallitos y perfectamente podría hablar de como el gameplay cumple la fantasía de destruir el concepto de seguridad vial, pero para bien o para mal este es uno de esos juegos que funcionan mejor cuando se experimentan por uno mismo. Una sesión de juego vale más que mil palabras.

La mayor crítica que se le podría hacer es que no tiene demasiado contenido ya que solo puedes jugar al modo arcade o hacer algunas misiones para entrenar y familiarizarte con las técnicas secretas. Es un juego muy rejugable aunque no muy variado.

Pero… ¿Es realmente necesario que tenga más contenido?

Entre este y Jet Set Radio, Sega estaba bastante punk.

Aunque me gusta hablar de juegos que me gustan, la idea de este texto surgió por otro motivo. Mientras estaba jugando me hice esa pregunta, y entonces recordé aquella charla en la que Yoko Taro comentaba la idea hipotética de un videojuego que te diera la mejor experiencia de tu vida, pero que este solo durase 10 minutos. ¿Merecería la pena pagar precio completo por algo así? Es un caso un poco surrealista y prácticamente imposible en los tiempos que corren pero creo que la idea de Taro va más por preguntarse qué es lo que valoramos exactamente en los videojuegos.

Crazy Taxi no tiene mucho contenido y eso es un hecho. Pero el que tiene está pulido a unos niveles muy altos y el tiempo lo ha situado como una de las franquicias más icónicas de Sega a pesar de llevar 20 años sin un juego principal. Luego piensas en la cantidad de juegos que han salido y se publicitan por la cantidad de horas que les puedes echar… y te preguntas cuánto de ese contenido es realmente significativo.

A Crazy Taxi no siento que le falte nada en particular. Es verdad que las secuelas añadieron un botón de salto o nuevos mapas pero en el fondo son gimmicks que te distraen del hecho de que la primera entrega ya cumplió el objetivo de darte un juego rápido al que jugar durante unos minutos. Además que tener una identidad tan marcada hace que se sienta como un juego de su época y simultáneamente uno que se puede disfrutar perfectamente hoy en día. No es algo fácil de hacer y creo que por eso llevo jugando a este juego prácticamente desde que tengo memoria de jugar videojuegos. El mundo y yo hemos cambiado en muchos sentidos, y sin embargo Crazy Taxi sigue ahí, listo para unas partidillas.

Me hace admirar el trabajo de todos estos juegos arcades, porque es fácil imaginar una premisa para cualquier videojuego que dure un par de horas. ¿Pero una que solo dure unos minutos? Ahí ya es más complicado, aunque los cientos de arcades y juegos de itch.io que ya existen demuestran que no es imposible.

Así que sí. En teoría, un videojuego solo necesita 10 minutos para cambiar el mundo.

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Philia

Aprendiendo a escribir y pensar sobre videojuegos. twitter: @distarche